LA TOLERANCIA

Por Marden Rojas

El pasado 16 de noviembre fue el "Día internacional para la tolerancia", instituido por la ONU en 1995. El objetivo de la fecha es para promover el respeto a las ideas, creencias y manera de actuar de los demás, aunque sean diferentes a las nuestras.

Desde el punto de vista más alto, tolerar es respetar, apreciar y aceptar la inmensa diversidad cultural del mundo "que no se agota con la condescendencia ni en una graciosa concesión a los demás". La tolerancia es una actitud de reconocimiento de los derechos humanos, es el fundamento básico de la democracia y del Estado de derecho.

Lamentablemente estamos lejos de formar parte de una sociedad que se sustente en la práctica de los valores universales de justicia, solidaridad y respeto a los derechos humanos, por los cuales grandes hombres del mundo sacrificaron su vida. 

"Amaos los unos a los otros" o "No hagas a otro lo que no quieres que hagan contigo" hoy en día suenan a cursilería barata por el modelo de sociedad imperante, que prioriza el capital financiero sobre el capital humano. "Cuanto tienes, cuanto vales" es la máxima en estos tiempos donde el Maligno anda suelto.

El tufo de la intolerancia es una práctica común hasta en la familia. Cuantas veces hemos escuchado a algunos padres que les dicen a sus hijos "No te juntes con esos niños porque viven en el cerro". En la escuela, en la calle, en la universidad y hasta en las promociones hay elementos que sueltan especies como estas: "Nunca seremos amigos y menos hermanos" por simples diferencias de ideas, posiciones e intereses.

La causa de estos temores es la supina ignorancia y la falta de educación por un lado y por el otro, está un sentimiento (sentir mintiendo) exacerbado de orgullo.

Ojalá que algún día todas las personas del mundo podamos convivir y prosperar juntas, como nos enseñó Jesucristo, quien tomó en serio cambiar al hombre y al mundo.